30/5/09

Carta abierta a los vecinos de Bahía Blanca


NUEVO ENCUENTRO


Estimados vecinas y vecinos de Bahía:

Nací en Villa Rosas, por entonces con calles de tierra, donde veíamos al tren que pasaba seguido por sus vías abrazando el barrio, y la buena gente laboriosa que iba a trabajar a “Guaite” o a “Bahía”, mientras los chicos jugábamos en los potreros, andábamos en bici o nos metíamos en los charcos después de una lluvia siempre bienvenida. En las noches de verano, los vecinos salían a “tomar fresco” mientras los pibes jugábamos abajo del farol de la esquina.
Otras épocas, con lindos recuerdos que parecen perdidos, pero que pueden recrearse en estos tiempos modernos que se presentan difíciles.
Mi padre tenía almacén, centro de reunión y lugar para el encuentro. Se vendía todo suelto, se usaba libreta y la gente pagaba a fin de mes cuando cobraba su sueldo. Muchos clientes eran ferroviarios, otros empleados del puerto, de los elevadores de granos, de la subprefectura, de la Lanera San Blas, personal de las grandes tiendas como Gath y Chaves, Modart, Muñoz, Pinturería París, albañiles, torneros, pescadores. Era la Bahía de las garitas en las esquinas y del policía que hacía la ronda por los barrios.
Las escuelas 23 y 30 reunían a todos los chicos en edad escolar, se formaba en el patio, se izaba la bandera y se cantaba Aurora, y en los días de fiesta traían canastos de facturas para repartir en los recreos.
Mi abuela materna, doña Estela Conte, fue una inmigrante italiana, analfabeta, que mantuvo a sus cuatro hijos sobrevivientes (Estelita murió a los 6 años por falso crup), trabajando en la Fábrica de Bolsas de Bunge y Born, que estaba en el empedrado camino a Ing. White. Si tenía la “suerte” de trabajar, cobraba, sino no. La cola se cortaba según las operarias que necesitaban por día. ¡Tiempos duros los de esa década infame del ´30!
Luego los tiempos mejoraron. Me decía mi abuela que después, con Perón, “si me enfermaba y no podía trabajar, igual cobraba”, feliz porque con los años pudo jubilarse.
Mi padre, que no era peronista (a diferencia de mi abuela que siempre dejó puestas las fotos de Evita y Perón aún en la “Libertadora”), decía que en esa década de los diez años peronistas fue cuando más ganó, porque la gente podía comprar más, hacer la picadita, tomar Cinzano, comprar zapatillas y no sólo alpargatas.
Eran tiempos de progreso, de ascenso social. La sociedad discutía, había quejas por aspectos del peronismo que no gustaban (mi vieja era radical y ponía pimienta crítica en la mesa cuando comíamos ravioles caseros), pero la gente vivía bien, los hijos podían estudiar, aprender un oficio. Había inclusión, se instalaba ciudadanía, se podía conseguir trabajo, la educación era pilar esencial, la salud fue privilegiada, la niñez y la ancianidad no eran puestos en el final de la agenda sino como cuestiones prioritarias.
Yo pertenecía a la clase media baja, logré estudiar, recibirme de abogado y de algún modo recompensar a mi padre, que sólo pudo conseguir su lugar en el mundo en esta Argentina generosa y salir adelante, en base a su trabajo.
Dediqué cuarenta años de mi vida a trabajar en la Justicia, veintitrés de ellos como Fiscal.
En esos largos años traté de devolver lo que mis padres y abuela hicieron posible. Pero quiero dar más. Me siento en deuda. No puedo permitirme ir a descansar.
Por eso me pongo a trabajar con ustedes y para ustedes.
La política está degradada, desacreditada, no sirve para resolver los conflictos de la sociedad. Se usa para la ganancia personal o del grupo. Para el toma y daca. Parece que todo tiene precio y desde ahí se consiguen las cosas. Con plata e influencias se puede, sin esos elementos nada es posible. O sólo queda el consuelo de ser doblemente víctima. El pobre es usado para un clientelismo que lo denigra en su pobreza, con “regalos”, o premios y castigos según el sometimientos a esas estructuras del choripán y la gaseosa.
Mucha buena gente entiende que NO TODO ES LO MISMO y me sumo a ellos. No es lo mismo un burro que un gran profesor y no tiene porque estar la Biblia junto al calefón. No debemos caer en la resignación del no se puede, o pensar que roban pero hacen, o llegar a convencernos que “siempre fue así”. ¡No es cierto!
Vale la pena poner el cuerpo para jugarse por los otros. Al hacerlo por los otros, también lo hacemos por nosotros, porque seremos más humanos, seremos más hermanos.
Los más débiles, los excluidos, los pibes que están a la intemperie, sometidos, fuera de la escuela, fuera de los talleres, claman justicia. Vale la pena apostar por una vida mejor. Porque es posible y porque lo merecemos.
Los abuelos merecen jubilaciones dignas, los jóvenes merecen tener esperanza (y no caer en la destructividad de la droga, eludiendo la realidad que no soportan ver), las familias deben tener la posibilidad de integrarse con trabajo, con vivienda propia (simple pero digna), cada persona debe tener acceso rápido y gratuito a la salud, debemos recuperar el espacio público para la gente, para los pibes, para el encuentro. No nos debe dar miedo salir de nuestras casas, tomar mate con el vecino, compartir una torta frita o unos pasteles que se puedan cocinar sin que falten los elementos para hacerlos.
Yo daré transparencia a la función de un legislador. Sabremos cuánta plata recibe cada uno y cómo la destina. No viviré de la política sino que usaré el mandato que la gente me confiera para defenderla. Si no puedo hacerlo, o no sé hacerlo, me iré a mi casa. Pero nunca me prestaré a engaños, enjuagues turbios, contubernios, arreglos por debajo de la mesa. No usaré con otros políticos el “hoy por ti, mañana por mi”. Mi compromiso es con mis vecinos de Bahía y de la sexta sección electoral.
Para hacer esto necesito acompañamiento, compromiso, que el vecino se involucre, que aporte ideas, que haga control de gestión, que denuncie lo que está mal, que se agrupe con otras personas para multiplicar el esfuerzo y así lograr resultados.
La buena gente no puede ser siempre derrotada por los que usan malas artes, engaños, trafican con el dolor, hacen negocios turbios.
Es hora de decir ¡BASTA! y meterle ganas, coraje, inteligencia e ideas, sabiendo que en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos, como decía Mario Benedetti.
Necesito el acompañamiento de la buena gente. De los vecinos que creen en la cultura del trabajo que nos enseñaron nuestros mayores, que creen que se puede rescatar el valor de la palabra, que creen que se puede dejar una sociedad más inclusiva y solidaria, para que nuestros hijos y nuestros nietos vuelvan a jugar en el potrero, en la cancha, en el club, que puedan juntarse en las esquinas, en las bibliotecas, para potenciar la creatividad que naturalmente tienen. Podemos vivir con la ilusión de que un mundo mejor es posible, que se puede pelear por utopías que den sentido a nuestra existencia.
No todo es lo mismo. Juntos podremos demostrarlo.
Le pido, te pido, el acompañamiento para ser el representante de esta ciudad y esta región del sudoeste bonaerense. Así podré defender lo nuestro, lo que nuestra Bahía y su gente necesitan y merecen. Queremos una Bahía transparente, honesta, de trabajo, de obras, de escuelas, de agua suficiente, de hospitales con salud para todos, sin contaminación, sin peligros evitables.
Una Bahía que no sea negra ni gris, sino limpiamente Blanca, Simplemente eso: una Bahía Blanca.

Hugo Cañón
Candidato a Diputado Provincial por Nuevo Encuentro

7 comentarios:

  1. Hermosas palabras, sobre todo a una ciudad que tanto blanco le hace falta. Conmovedoras, esperanzadoras...
    Espero de corazón que puedas llegar, sabemos de qué madera estás hecho.

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  2. LO CONOCEMOS. SABEMOS QUE CLASE DE PERSONA ES.ESTOY CONVENCIDO QUE QUE ES LO QUE HACE FALTA PARA PRESTIGIAR LA POLITICA. HACE UN TIEMPO DIJIMOS "QUE SE VAYAN TODOS".Y AHORA HAY QUE DECIRLO OTRA VEZ QUE SE VAYAN TODOS!!! Y QUE LE DEJEN EL ESPACIO A ESTA NUEVA DIRIGENCIA POLITICA, QUE ES HONESTA Y TRABAJADORA. DEMOSLE LA OPORTUNIDAD. EL SE LA MERECE Y NOSOTROS TAMBIÉN

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  3. Hugo, hace un par de años que vivo en Villa Rosas yo también.
    Contá con mi voto (aunque el de concejal se lo dejo a Woscoff, desde siempre).
    Le tengo fé a tu proyecto y al de Sabba.

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  4. Ejemplo de valor y de que no todo es lo mismo en Bahìa Blanca

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  5. Hugo:
    muy buenas tus declaraciones!!!! Impresionante tu fortaleza y, hablando en criollo, (tus "huevos"). Es buenísimo tener a quien votar, no me pasaba desde hace rato.
    Fuerza y no me afloje. Somos muchos los que te bancamos.

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  6. La verdad que me sorprenden, dicen que no todo es lo mismo y estan buscando formas nuevas de infringir la ley. Accedi a este blog por un mail que llego a mi casilla sin que yo me hubiera anotado solicitando informacion, el mail con clara intencion proselitista llego a las 12 del mediodia del 26/06/09 es decir 4 horas despues de haber empezado la VEDA electoral.
    Al final todo lo mismo se BURLAN (por no decir otra cosa)de las leyes que dicen respetar y prometen mejorar.
    Rafael

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  7. Rafael: Se entiende tu desconfianza...como también se entiende que no conoces a Hugo Cañon. Ni su politica..antes de comentar podrías informarte un poquito más..con todo respeto te lo digo; no creer no ayuda mucho.. Apoyo a Hugo Cañon en su politíca; más allá de su persona; q no hace falta conocerlo mucho para darse cuenta de cuan FIABLE Y VALORABLE es por todo lo que ha hecho y continúa haciendo che. Saludos. Vale, Ba. Bca.

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